La Huella Ecológica es un indicador que mide la porción de tierra necesaria para la vida del ser humano en relación con su consumo. Es decir, la capacidad de la Tierra, medida en hectáreas, para absorber los residuos generados por una persona según la porción del Planeta que le corresponde.
La Huella Ecológica se mide a partir de hectáreas globales (hag), aquellas con capacidad mundial promedio de producir recursos y absorber desechos. El área productiva total de la Tierra (biocapacidad) es de 13.600 millones de hag, es decir 2,1 hag por persona. Sin embargo, para el 2005, la huella ecológica calculada por persona fue 2,7 hag, superando en 0,6 hag la capacidad del Planeta.
La huella de un país se suma de todas las tierras agrícolas, de pastoreo y de bosques, al igual que las zonas de pesca requeridas para producir los alimentos, fibras y maderas que ese país consume. Su huella es la suma de todas estas áreas independientemente de dónde estén ubicadas.
En los años 80, la huella de la humanidad excedió la biocapacidad total de la Tierra por primera vez. A partir de allí, dicha demanda ha ido en aumento. Para el 2005 la demanda fue un 30% mayor que la oferta. Un ejemplo de ello es la huella de carbono, la cual ha aumentado más de 10 veces desde 1961.
¿Por qué debemos medir nuestra huella ecológica y adoptar estilos de vida soste
- Nuestra huella global ahora excede en casi un 30% la capacidad del Planeta para regenerarse
- La deforestación la escasez de agua, la decreciente biodiversidad y el cambio climático que resultan de ese exceso ponen en creciente riesgo el bienestar y desarrollo de todas las naciones
- Si nuestras demandas al Planeta continúan a este ritmo, en el 2035 necesitaremos el equivalente a dos planetas para mantener nuestro estilo de vida
¿Qué es la huella de carbono?
La huella de carbono es una demanda individual de la huella ecológica. Mide la producción de gases efecto invernadero por persona, sobre la porción de tierra capaz de absorberlo y retenerlo. Estos se derivan de la producción de energía a partir de la quema de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas natural.